En principio quienes se preguntan para qué una nueva constitución si ya tenemos con las anteriores más de una docena?. Porque todas siempre han sido para lo mismo, copias sucesivas entre ellas y modelos de otros países, originando la descomposición del sistema institucional que debe revertir la nueva carta magna que hoy en las calles se exige. ¿Para qué una constitución más, si con unas cuantas reformas basta?. Porque la crisis es de sistemas y estructuras, imposible de superar mediante modificaciones o reformas, es decir vía parches y remiendos no. La corrupción no es de nadie en particular, cosa diferente es la criminalidad que lo alienta, lo ejecuta y protegen, dentro de estos que buscan bienestar para sí mismo, por sobre los demás imponiéndose la audacia de las minorías, como protagonistas de cúpulas de poder y entorno, sobre la humildad de las mayorías que son el pueblo olvidado por los gobiernos y constituyentes de anteayer y ayer, al negarle un modelo de sociedad que debe estar fundado en el bienestar de la comunidad en general. Por lo tanto urge la necesidad de un nuevo orden jurídico – nueva constitución. ¿Elecciones generales adelantadas sí o no?. Sin nuevo orden jurídico no y además con este congreso tampoco que sea quien genere reformas. Porque, sencillamente sería para lo mismo o peor, con las estupideces que carece de entendimiento y con el delirio del poder político electorero reeleccionista. En esas condiciones no deben forzar la realidad de las cosas pretendiendo quedarse contra las peticiones de los pueblos más sufridos y desatendidos por estos políticos de turno que no legislan para el pueblo, por eso es urgente terminar con el descompuesto sistema institucional, para que al fin gobiernen de manera real con el pueblo y para el pueblo y no los mismos de siempre las cúpulas de unos cuantos que nada les interesa las elecciones adelantadas. Por otro lado no obstante que la naturaleza siempre es abundante en recursos, no nos hagamos muchas ilusiones dentro de la crisis histórica y de calamidad que vive el país. Recordemos, los recursos: salitre, guano de las isla, oro, plata, cobre, petróleo, pesca, concesión de bosques con madera etc, ¿Qué tenemos? atraso, pobreza mendicante, impagable deuda externa de decenas de miles de millones de dólares con intereses capitalizables, deuda interna, nada para el desarrollo no obstante el pordiosero de inversiones a como vengan. Por eso la exigencia de una nueva constitución que genere las verdaderas condiciones necesarias para el debido aprovechamiento de nuestros recursos naturales de lo poco que existe, en vista que la gran mayoría ya están enajenadas con concesiones a largo plazo con reglas a sus favores. La regalona constitución del 93 nos salió peor con la defraudación y depredación y, con la explotación de nuestros recursos naturales con referencia a los artículos 121° y 77° respectivamente, imposibles de regular y, de aplicar, para cuantificar los daños. La asamblea constituyente no es fuero para políticos o constitucionalistas a simple título como tales, que se limiten a constituir lo que se les ocurra al margen de la realidad, como siempre ha sucedido, sino deben consagrar lo que el pueblo determine previamente. Lo contrario es para lo mismo o peor.
